viernes, 14 de marzo de 2014

De la oscuridad a la luz.

En qué había quedado? Ah, sí, en que me mandé mil cagadas a partir de 2009.
En términos generales, podría decir que fue el mejor año de mi vida, porque tenía una mejor amiga y otra amiga, ambas del colegio, y a la vez, conservaba una que era casi mi hermana, de la época de primer grado. Y a la vez, conocí a una serie de individuos que me llevaron al segundo Maxi, un pibe seis años mayor que yo, que en ese entonces tenía quince años, y flotaba en la bobera entre el pelotudo que me dejó sin aire acondicionado y mi profesor de química.
Nunca había visto a alguien de esas características. Alto, manos de ovni (como a mí me gustaba), blanquísimo casi de aspecto fantasmal, y pelo largo, atado. De una personalidad enigmática a mis ojos, silencioso, desconfiado. De a poco, su mejor amigo (que conocí antes que a él, y que yo consideré como a un hermano, también), me permitió "entrar" en el círculo de confianza y poco a poco, Maxi comenzaba a confiar en mí.
Eso me pareció hermoso. Su cambio, al considerarme su amiga, verlo sonreír, todo era perfecto. Me enamoré totalmente de él. Creo que después de Maxi, el de taekwondo, el primero, fue por quien desarrollé el mayor amor. Supongo que incluso más adelante lo volvería a sentir, pero en ese momento era una revelación se e que nos veíamos seguido, yo llegué a confesarle mi amor, tuvimos dos situaciones de alto voltaje, me besó románticamente en un parque... Bueno, todo iba dependiendo de su ánimo y de cómo encaraba su futuro luego de una ruptura agria en su pasado.
No terminó de superarlo aparentemente, porque tiempito después me rechazó, pero quería seguir siendo mi amigo. Y así fue. Yo lo cuidaba como si fuera de cristal. Mis viejos, sin embargo, cuando lo conocieron, determinaron en él un carácter manipulador y reacio, malvado. Cómo me iban a decir algo así si yo era tan feliz, no importaba la circunstancia? Era terrible! Fue una época de tanta indecisión que llegué a confiar más en Maxi que en mis mismos padres!
Al darse cuenta del daño que implícitamente hacía en mí, me prohibieron verlo. Yo seguía, sea comunicándome con él por un facebook que me creé en secreto por él, viéndolo en eventos de anime (de hecho, fui con él a mi primer evento), entre otras cagadas.
Ya estaba en último año del polimodal, en 2010. A mediados de año conocí en un antro de otakus a un chabón llamado Juan, apodado Shini (procedente de Shinigami, que significa "dios de la muerte"). Como yo tenía un dualismo impresionante por no querer defraudar a mis papás, y viendo lo tierno e inocentón que era Shini, me empezó a gustar, y empezamos a salir. Le iba tan mal en el colegio, que de tanto en tanto los padres lo ponían en penitencia, y no podíamos vernos casi nunca. Entonces la cosa se fue al carajo.
Un día decidimos vernos en un evento. Al salir, mi mamá me llamó pidiéndome que regrese a casa. Había algo raro, así que volví volando. Al llegar, resultó que la noticia era que sabían de mis mentiras, del facebook, de que seguía viéndome con Maxi, etc.
Me agarró tal desesperación, casi indescriptible, que me fui de mi casa, a lo del mejor amigo de Maxi. No sé cómo, pero él también estaba ahí. Me bancaron cerca de dos horas. El amigo de Maxi dijo que sería genial que yo viviera ahí, y Maxi llamó a la casa avisando que se quedaría a dormir. Lo cual significaría la primera vez que dormiríamos juntos. Es más, mientras esperaba a que pasara la noche, me dormí, llorando, entre sus brazos.
De repente, llama la madre de Maxi, avisando que mis padres habían estado allá. Él se enojó tanto, pero tanto conmigo que me echó de la casa de su amigo. Estaba totalmente ido, en furia, porque nunca esperó que su familia se vea involucrada en algún problema. Cuando llegaron mis viejos, con la policía y todo, yo esperaba que sea como esas series americanas donde la adolescente intenta hacer un sacrificio y todo sale bien, todos se perdonan.
JAJA, bueno, no. Maxi me entregó sin más, sin mirarme siquiera a los ojos. La última vez que supe de él.
Estuve viviendo en lo de mi abuela dos semanas, y regresé a casa. Al principio, todavía me costaba asimilar las cosas, pero al final, cuando digo que sin pensarlo perdí cosas demasiado valiosas (el amor y confianza de mi familia), me percaté de que no valía la pena. Este flaco no estaba interesado en mí, de hecho, la misma flaca que se metió con el del aire acondicionado, empezó a mandarle mensajitos a él, y yo me terminé peleando con ella. Mi mejor amiga. Y también perdí a la otra amiga. Sólo me quedaba la que consideraba mi hermana. Ella a veces me contaba cómo estaba el mejor amigo de Maxi, al cual yo adoraba porque se bancó tantas cosas por mí! Luego, me dijo que Maxi se cortó el pelo (algo totalmente inesperado)... Y listo. Se terminó.
Años después me crucé con este mejor amigo en común, que me contó que en la inundación, la gran inundación de La Plata, Maxi perdió todo, y tuvo que vender cosas re valiosas para él con tal de seguir adelante... Supongo que aunque suene feo, a veces la vida te termina devolviendo un poco de lo que diste.
Yo perdí emocionalmente todo o más de lo que él pudo perder materialmente. Pero bueno, retomé mi vida, egresé del colegio, y enganchando la historia, también termina esa atracción rara hacia mi profesor de química.

Al otro año empecé la facultad en Ciencias Exactas, para cumplir mi promesa: Ser bioquímica. En el ingreso me reencontré con la naba creída que mencioné cuando iba al primario, y conocí a una bandita bastante simpática, de cuatro chicos, esta naba, y otra piba más. Entre esos cuatro chicos estaba Federico, un rubio fachero, chistoso, medio tímido... Me empezó a gustar pero sabía que de un modo u otro era un imposible. Lo peor de todo es que me tomó como la amiga de confianza. Ya estaba.
Se lo conté a todo el grupo, menos a él. Aparentemente, ya se habían dado cuenta, pero con Fede trataba de ser más una consejera que una babosa. La cosa fue que en una reunión que hicimos en su casa, con cena y todo, hablando con las chicas del grupo, yo decía cuánto me gustaba, etc. Y ambas me respondían "pero no es lindo, es un salame, blabla...". Esa misma noche, una de ellas, al lado mío, lo chuponeó todo. Ah, me acuerdo y se me eriza la piel, qué zorraza!! Lo peor fue que el pelotudo se re enganchó de ella y me pedía putos consejos a mí, porque ella lo histeriqueaba feo, y demás. Encima tranzaban adelante mío, cuando volvíamos todos en grupo al salir de clases.

Ese semestre fue una caca, me fue re mal en las tres materias que cursé. Pero un poco antes, en mayo, con la ayuda de la que consideraba mi hermana, volví al antro de otakus, y me reencontré con Shini, quien estaba re pajero y me propuso "volver a intentarlo". Mucho no me convenció, pero acepté. Nos veíamos en los recreos de mis clases, y cosas así. Pero no había llama, al pibe lo veía como un amigo sencillo nomás. En una de las tantas veces que me acompañó a la parada del micro, pasamos por el antro y ahí estaba... Un flaco alto, demasiado alto, que cumplía con casi todas las condiciones físicas del tipo que me encantaba. Sólo nos saludamos, no pasó nada.
Al poco tiempo, todo se volvió a ir al carajo con Shini, que me daba lo mismo, porque él después me dijo que se me acercó por el despecho que le quedó de la última vez que nos vimos. En definitiva, estaba bien, qué sé yo, yo me estaba yendo de casa por otro para cuando recién se había terminado todo por primera vez con él. Y en el foro del antro de otakus empecé a mensajearme con alguien de nombre Relderf, que hacía jodas donde yo siempre caía, y un día decidimos encontrarnos en el antro. Cuando nos vimos, resultó que era el mismo flaco hermoso que saludé cuando aún estaba con Shini.
Su nombre humano era Ignacio. Para mí, fue pasión a primera vista. Lo quería para mí! Intenté agarrarlo, pero él estaba remándola con otra chica que le gustaba en ese entonces. Y yo que le ofrecía todo de mí - pensaba - y él se va a buscar una que no le da bola! Pero con el tiempo se desligó de todo eso y aceptó que nos viéramos y haya cierta onda. Recuerdo que nos íbamos a un triángulo de pastito que había en la facultad de ingeniería, nuestro triángulo, y a veces nos quedábamos abrazados sin hacer nada, hablando, disfrutando del solcito.
Al mes nos pusimos oficialmente de novios. Nuestro primer beso fue en una plaza ultra concurrida. Estábamos sentados abajo de una palmera, y como aún él jodía con la que le gustaba, y yo me moría por ser besada por él, solía insinuarle cosas, como por ejemplo "odio esa barrera que nos separa", a lo cual él hizo un gesto como "rompiendo la barrera", y me besó, fuerte, salvaje... Dentro de esa semana, ambos conocimos a nuestras familias (yo dije que lo conocí en la facultad), y al mes tuvimos nuestra primera vez que fue ultra estresante. Descubrí que él era muy miedoso en un montón de sentidos, aunque me desconcertaba lo vivo que era para otras cosas. También era vicioso con un juego online. También despilfarraba plata. También era medio lacra... Dah, todo eso al final no importaba, la cuestión fue que nos hicimos uña y carne. Yo lo amaba de verdad, es más, fui capaz de aceptar varias condiciones imbéciles que me planteó, todo con tal de satisfacerlo. En todo sentido. Sí, un bajón.
La parte de la ilusión fue única, hasta ahora, incomparable con ninguna otra. Luego mis papás se enteraron de dónde lo conocí, pero por suerte lo aceptaron bastante bien. Debo decir que mis viejos han soportado tantas cosas por mí... Que siento que lo que haga por ellos nunca va a ser suficiente.
Como sea, a los seis meses y medio, Ignacio me dejó. Supuestamente empezaría la facultad y entre sus actividades no habría tiempo para mí, pero "me amaba igual, y en un futuro seguro que volveríamos a estar juntos". Yo, una tolola mal, le creí, y por las dudas lo seguí por tres horas a ver si cambiaba de opinión. No lo hizo. Pero hoy en día estoy más que segura que si volviera el tiempo atrás, haría cosas muy diferentes de las que hice. Seguirlo? Llorarle? Rogarle? Lo recuerdo y siento una tremenda vergüenza.
La chica que consideraba mi hermana empezó la facultad con él, y me contaba cada minúsculo paso que él daba. Me jodió tanto que la terminé desechando de mi círculo. Pero suelo ser demasiado condescendiente, y me costó muchísimo decirle la posta, así que comencé progresivamente a ignorarla hasta que se dejó de joder.

Terminada la pesadilla, yo sumida en un bajón consonante, me metí a estudiar con todo, saqué la primera materia de la facultad (Análisis Matemático 1), empecé Enfermería (en un colegio a una cuadra de su casa, porque la decisión de estudiar eso se dio cuando aún Ignacio y yo estábamos juntos), e intenté retomar una vida de soltera normal. Fue mi relación más larga, conoció a mi familia, mi hermano se re apegó a él (casi tres años después, cada vez que mi hermano dice "ibashio?" le digo "se murió". Pero bueno, gajes del amor, supongo. Tampoco es que mi amor desbordó océanos, pero carajo, lo quería, compartimos mil cosas, qué pajero... Sé que ambos cometimos errores, aunque eran totalmente evitables! En fin, ya había terminado este tema.

Empecé Enfermería, dije. Todo bien, conocí a tanta gente pesada, mierda. No sé, capaz que yo las atraigo, no? Después de todo esto... En fin. Un día de junio de 2012, navegando por un foro de Naruto (un anime INCREIBLE), encontré a un usuario llamado Panda Snack (Bocado de Panda, en inglés) con quien tenía muchas cosas en común respecto a puntos de vista, Naruto (obvio), y demás pavadas. Resultó llamarse Anthony, seis años mayor que yo. Nos comunicamos por Skype por un tiempo, ya que era de Estados Unidos, pero no sabía una chota de español, así que saqué toda mi artillería en inglés y pudimos mantener una charla amena y clara. En poco tiempo, se hizo mi confidente. Lo que deseaba tener cerca a una persona ajena a mi familia que me genere esa confianza!!
Como sea, empezaron las prácticas hospitalarias en la escuela de salud. Me daba tanta, pero tanta paja ir, porque tenía que tomar dos colectivos y estar ocho horas, sin que me paguen (de hecho, pagando yo, o bueno, mis viejos), y estando propensa a mandarme cualquier macana sólo por una teoría mal aprendida. Caca. 
Bueno, habré empezado en junio, también, justo después de trabajar en una panadería de drogones. Todo bien, todo bárbaro... Hasta que un día de septiembre lo vi. Creo que un par de días antes de mi cumple número veinte. Oh, por el poder del trueno, qué hermoso tipo, qué facciones más sensuales, su voz, su forma de saludar... Era un médico residente de primer año... No sé cómo llamarlo, por el nombre o el apellido, ambos son sexies, jajaja. Pongámosle, Dr. Drapanti. Este tipo estaba rodeado de una magia absorbente, pero nada más habíamos intercambiado saludos, qué estoy diciendo? No sé, era muy genial. Como hombre, físicamente. Como médico era un salame... Como sea, todos tenían un problema re serio en esa guardia, y me cargaban con el flaco, mientras estaba cerca mío, o cosas así, y yo traté, en serio, traté de mantener la compostura... Pero caí como una infeliz. Es que, o sea, hay que entender el contexto histórico. No había pasado un año desde que mi ex se las tomó, estaba cicatrizando, este hombre era la magia entera dentro de un cuerpo humano, por favor, me endulzó el lomo descomunalmente, era imposible no caer... A menos que fuera lesbiana, y no era el caso. Yo como siempre, pensaba "este seguro está interesado en mí (era una certeza de que el tipo estaba atrás mío) porque ve que no estoy en la joda y quiere conocerme más para algo posta!", en otras palabras, todavía no había aprendido nada.
Cierto día, en octubre, yo estaba realmente enferma: con alergias por la época, toda mocosa, semi muerta; pero lo peor, indispuesta, con dolores, preocupándome de no manchar nada... Bueno, fui de guardia porque era re aplicada. Y el Dr. Drapanti estaba ahí. En serio no estaba en mis mejores días para seducir, así que me dediqué a dar medicación, atender a los pacientes, todo normal. Sin embargo, el tipo me seguía, y no entendía, pensaba que capaz se preocupaba porque yo estaba enferma. La cosa es que en una me hace un mini interrogatorio en el office preguntándome si yo sufría de alergias, y se ofreció a, en un futuro, atendenderme. Me pidió mi número de celular y todo! (Y dolorosamente, le vi escribir mi nombre con B. Si, con B, B de basura, porque eso terminó siendo él). Pasadas unas horas, me fui a limpiar uno de los shock room que estaba hiper roñoso. Ya no daba más. Y entra el médico, apurado, nervioso, y me pregunta si estoy ocupada. O sea, imbécil será, que tenía guantes, algodón y alcohol y estaba sobre los colchones del shock room limpiándolos... Pero bueno, me ofreció conseguirme benadryl para esa alergia, que me curaría y podría sentirme mejor. Y dónde estaba el benadryl? Y en el cuarto piso, lugar que nadie, nadie habita a menos que sea de día cuando los residentes están en actividad. Y eran como las ocho y media de la noche, estaba todo oscuro! Pero acepté ir, con tal de sentirme mejor. Supuse que sería una especie de inyección de benadryl fuera de lo protocolar, por eso estaba como perseguido.
Subimos el ascensor, todo genial, y cuando llegamos a uno de los minúsculos consultorios llenos de bancos con mesita, había una caja con medicación y se puso a buscar - no sin antes cerrar la puerta con trabita.
Algo no andaba bien, pensé que el tipo estaría en problemas si se enteraban que medicó sin prescribir, o algo así. De repente, me interroga, me ausculta... Y dice "no, tus vías respiratorias no están obstruidas, se ve que sólo es una rinitis... Pero sabés perfectamente que no te traje acá por eso, no?". Uh, la re concha de la lora, me agarró un escalofrío morboso, por un segundo me sentí tan, pero tan en peligro, y todo terminó cuando se avalanzó sobre mí, besándome con fiereza. Listo, suficiente. Mi lado pajero reaccionó y me dejé violentar. Pero era muy consciente de qué tan mal era lo que estábamos haciendo, fue tan dualista mi modo de sentir!! Yo le decía todo, para que entendiera un poco cómo me sentía. "Sólo estuve con un tipo, no sé mucho, vengo de una separación, no te conozco, auh!" y era peor, más bestial. Un forro apareció en la escena!! Y yo seguía "estoy enferma, mocosa, estoy indispuesta!!!!" y ni bola... Pero no es que yo me quería negar, juro por mi collar de Naruto que esperaba más gentileza, más esfuerzo por ganarme... Después tuve la pelotuda ocurrencia de pensar que quizás en estos tiempos así se arrancaban las relaciones (a comparación de la anterior donde ibamos a 0,1km/k y salió todo como el orto igual). Bueno, lógicamente, como en las películas (citando las películas otra vez), el tipo terminó su laburo, me acomodó la ropa y después de decir "ah, tengo 31 años", me dijo "salí vos primero", jajaja. Yo parecía, no sé, no tenía reacción, toda peluda y con la mirada vaga, re loca parecía. Y me fui. Me cojió un tipo once años mayor que yo. Mis principios? No sé, debieron quedar en el forro. No hubo forma de poder cagarla peor, todo en contra estaba, y se dio igual. Cuestión que... Semanas subsecuentes lo volví a cruzar y no me dio ni la hora. Ni hola. Nada.

Ni el benadryl.

Encima otra cagada (oh, rememorando todas mis cagadas, debería hacerles un santuario tipo Gauchito Gil a mis viejos, no pudieron bancarme tanto), porque contándoselo a una amiga por whatsapp, mi viejo lo leyó, y se me pudrió todo. Más aún, porque yo ya tenía un desastre en la mente. Pero bueno, por suerte pasó rápido. En verdad, me sentí tan puta y no querida... Todo resultó ser al revés de lo que esperaba.

La cosa fue que mientras tanto, yo iba haciéndome más y más afín con este Anthony, el chico de Estados Unidos. Hasta que empecé a mirarlo con otros ojos. Como había dicho antes, que existiera alguien que me haga sentir tan bien, estando tan lejos, era re especial para mí. Entonces les conté a mis viejos de él, así se familiarizaban. Y en agosto de 2013, Anthony se me declara oficialmente. "I like you" (me gustás) fue lo que dijo. Desde ahí, cada 15 es nuestro "like day" (día del gusto) jajaja.
Puede decirse que desde entonces, he tenido mis altibajos, idas, vueltas, tropezones, meadas de tiranosaurios, etc. Pero me mantengo firme a la espera de que Anthony cumpla su parte y venga. Llegamos a eso después de la manifestación a mis padres sobre mi necesidad de ir a Estados Unidos a conocerlo, y su puesta a prueba: "por qué no le decís a él que venga? Si en verdad te quiere, no debería tener problemas". Y yo le dije, y respondió "haría lo que tenga que hacer por estar con vos" ("con vos", a mi lado). Desde entonces, está trabajando como un esclavo en una pizzería donde le pagan super bien, creo, y según sus cálculos, en cinco o como mucho, seis meses, termina una deuda medio áspera que tenía. Hay que ver qué pasa cuando llegue ese día. Sinceramente, miro hacia la posibilidad de que me sorprenda diciendo que ya está en condiciones de venir. Ese día, vengo y lo cuento. Me cagaría en mi cama de emoción. No podría controlarlo. He tenido tantos sueños con él, tantas fantasías re tiernas... Incluso ambos hemos hablado de un futuro en común, con hijos, casados y todo el meollo... Creo que se terminó la búsqueda, es cuestión de tiempo! Y yo lo quiero esperar, sabiendo las consecuencias de lo que sería que no se dé, y lo jodidamente destructivo de todo eso. Dios, no quiero. Otra vez no. Y esta vez, en esta vez puse TODO, TODO de mí. Y sigo poniendo. Mis ilusiones, mis proyectos, todo está ahí. Así que a quien lea, que me desee lo mejor, por favor, jajaja.


- Fin del segmento de los amores perros.

Estos son Uzumaki Naruto y Hyuuga Hinata. Así nos imagino a Anthony y a mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario