jueves, 8 de mayo de 2014

Si tan sólo supieras...

Cierto día, la princesa conoció al príncipe de otro reino, uno muy, muy lejano. Y no tuvo mejor idea que enamorarse de él. Según cuenta la leyenda, él también se enamoró de ella, y prometió ir a buscarla. Y ahora, la princesa se encuentra esperando al amor de su vida, con la fiera certeza de que llegará, la poseerá y serán felices por toda la eternidad, vida tras vida.

En realidad, sí. La princesa sería yo, y el príncipe sería Anthony. Cuando le dije si vendría, dijo "no me importaría lo que sea que deba pasar con tal de estar con vos". Y luego, hace poco, de la nada dijo "les conté a mis amigos que quizás el otro año voy a verte". Ah, me pone fechas? Wow!! Desde ese día, y aún teniendo el fuerte consejo de mis padres de "no te ilusiones, no vueles, no es imposible pero es muy difícil" en cuenta, como dijo mi papá, "la otra parte de mí" no da más de pensar situaciones hermosísimas. No necesariamente cojer. Porque yo digo "quiero vivir con él experiencias únicas" y el universo se imagina que es cojer. Bueno, no. Además de eso. Hay más factores que hacen que una pareja sea feliz una al lado de la otra, así sea por un momentito: un abrazo, un beso, un "te quiero", o simplemente estar uno al lado del otro compartiendo un mismo espacio físico. Yo sería demasiado feliz si pudiéramos compartir el mismo espacio físico, mirarlo a los ojos, sonriéndole... Qué- qué pelotudeces cursis estoy diciendo? No doy más, soy una explosión de ternura, llena de sentimientos re lindos para dar... Y no saben lo que me alegra que tengan un destinatario. Ok, no tangible, lejano, complicado, etc. Complicado en la cuestión del idioma y eso. Pero existe. Y dijo que vendría.
Tengo esa costumbre infernal de hacerme la película de todo. De un encuentro, de una situación, un diálogo, un acto, lo que sea. Y en mi imagen mental se ve TAN genial. TAN genial. Entonces, vivo retroalimentada de mi propia psiquis con realidades disociadas, y para cuando la cosa llega, si no es como lo pensé, me frustro.

Pero a esto le tengo mucha fe. Demasiada. Y eso, asusta.

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